El cantaor José Enrique Morente y el
guitarrista Juan Habichuela Nieto ofrecen en el escenario juventud y sabiduría en
un recital donde han demostrado ser dignos herederos de dos de las sagas más
importantes del flamenco de nuestro país
La Unión 7 agosto 2016, la tercera gala de la 56 edición del Festival
Internacional del Cante de las Minas ha acogido la actuación de Pitingo en el mismo escenario en el que
el artista recogía en 2004 el premio cantaor
revelación dentro de los tradicionales concursos de flamenco de la ciudad
minera.
Sin
perder su esencia, Pitingo ha conectado desde el primer momento con un público
entregado. El cantaor onubense ha querido recordar en esta noche a los grandes
cantaores que nos han dejado en los últimos tiempos y que han pisado las tablas
de la “Catedral de Cante”; Enrique Morente, El Lebrijano, Moraíto, Pepe
Habichuela, José Menese y, muy especialmente, a Víctor Blaya “Charico”, cantaor
granadino con el que concursó en 2004.
En
su repertorio, Pitingo ha hecho las delicias de los espectadores interpretando por
bulerías el clásico de Rocío Jurado, “Se nos rompió el amor” y por supuesto, su
archiconocido himno aflamencado “Killing me softly”. En ningún momento de la
actuación ha olvidado sus orígenes a la hora de ejecutar los palos más
tradicionales como una soleá, unos fandangos o una granaína. En esta velada lo
ha acompañado su banda formada por Mariano Heredia, Rocío “La Turronera”, Constan
González, Tuti Fernández, José Muñoz “El Cheto”, Carlos Merino y Jesús Núñez.
Sobre
el escenario unionense ha bromeado sobre la circunstancia de que ha actuado en
el festival con diferentes cambios de imagen, desde el pelo largo, hasta la
cresta, allá por 2011, y su actual look “a
lo Arturo Fernández”.
Pitingo
cerró la gala con el público en pie coreando y bailando sus versiones de
clásicos como “Rescue me”, “I just called to say I love you” y “Ain´t no
mountain high enough”. Y como no podía ser de otra manera, “el gitano más
presumido del país” ha reivindicado la fusión del góspel y el flamenco porque y
se ha despedido con un fin de fiesta por bulerías que ha logrado agitar los
cimientos de la Catedral.
noche comenzaba con José Enrique Morente, el hijo del gran maestro Enrique Morente, que
por primera vez acudía a una gala del festival de La Unión tras participar el
pasado año en el espectáculo que ofrecía su hermana, Estrella Morente. El joven
granadino ha estado acompañado al toque por Juan Habichuela Nieto, que ha
arrancado en solitario la gala con una rondeña sembrando los primeros olés de
la velada. El guitarrista es otro de los jóvenes representantes de las sagas
más destacadas de flamenco, los Habichuela, y quien consiguiera el Bordón Minero
del Festival en el año 2011.
el escenario, Morente, de blanco inmaculado, ha comenzado con sentimiento la
noche al interpretar una caña y ha levantado los primeros aplausos con una
soleá a la que le han seguido unos tientos por fandangos de Huelva y ha
finalizado con una bulería en la que Morente ha podido lucir poderío de voz y
quiebros acompasados del desgarro del toque del guitarrista David Jiménez “El
Melón”.
Sobre
las tablas en las que se han consagrado algunos de los más grandes del flamenco,
José Enrique ha reconocido que ha sido “un
sueño debutar y compartir escenario con mi padre y mi hermana y con un artista
como Pitingo, también una suerte con un guitarrista como Juan Habichuela Nieto”.