FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CANTE DE LAS MINAS 2018 / MIGUEL ORTEGA Y DIANA NAVARRO

DOS ESTILOS SE DAN LA MANO EN EL
TEMPLO DEL FLAMENCO DURANTE LA PRIMERA GALA.

La ortodoxia más
pura y los nuevos aires del flamenco se aúnan en la primera jornada de las
galas dobles del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.
La Unión, 3 de agosto. Levantó el telón del primer día Miguel Ortega,
sólo, austero sin más acompañamiento que sillas y su guitarrista. El cantaor
inició su espectáculo con una minera aquel cante que le dio la fama “he vuelto
como fui” dijo el cantaor al auditorio. La Lámpara Minera de las bodas de oro
del Festival Internacional del Cante de las Minas pasó de ese recuerdo de su
gloria en 2010 a una alegría e hizo un repaso por los palos más puros y
emblemáticos del flamenco bulerías, tientos, soleas, tarantos o seguiriyas
salieron de la garganta de Miguel Ortega con su estilo propio.

El
sevillano lejos de cualquier otro elemento demostró un flamenco profundo, con
sentimiento y roto. Una aproximación a la pureza y raza que le ha hecho ser un
cantaor diferente, distinto al resto.

Su
imagen llenó de respeto y solera flamenca a un auditorio que estuvo entregado
en cada uno de los palos que ofreció el sevillano en sus más de sesenta minutos
de actuación. Las bulerías finales encandilaron al público que agradeció la
entrega de Ortega con una ovación atronadora en el Antiguo Mercado Público.
UNA DIANA
NAVARRO FLAMENCA
Diana Navarro trajo a La Unión su trabajo “Resiliencia”,
la malacitana, visiblemente emocionada por enfrentarse a la Catedral de Cante
volvió a demostrar esas notas dulces y aterciopeladas que acarician su voz en
cada nota que exhala. Navarro se ha convertido en
una de las voces más importantes y originales de nuestro
país. Sin olvidar sus raíces de Copla, Flamenco, Saeta, Zarzuela o Lírica las ha
aderezado con un toque de  pop y
electrónica y un sin fin de matices.


La malagueña tuvo un guiño para con el Antiguo Mercado
Público. En los últimos temas que dedicó al respetable unionense Diana Navarro
se despojó de Diana Navarro y se trasformó en aquella cantante que siempre
quiso presentarse a una prueba selectiva del festival más grande de flamenco
pero que no se atrevió. Acompañada de Antonio Campos al cante y Juan Antonio
Suárez a la guitarra demostró fuerza y madurez para arrancarse por taranta. Siguió
con mineras de Pencho Cros “en una demostración de respeto a la figura de
Pencho Cros un cantaor al que admiro” confesó al patio de la Catedral del
Cante. Continuó con bulerías y cerró con un fandango en esta aproximación al
flamenco que los espectadores agradecieron con vítores.
Acabó la de Málaga con el repaso a alguno de sus temas de
toda la vida. El público unionense que ha visto sobre estas tablas a las
figuras más consagradas y los jóvenes valores que ha llegado al estrellato
agradeció, con una larga y sonora ovación, el esfuerzo y el gesto de Navarro
que tuvo que saludar a los asistentes en varias ocasiones.


 Redacción Gabinete Prensa FICM / Fotografías ©Francisco Silvente.

Esta web contiene copyright.
Todos los derechos reservados.
Prohibido el uso no autorizado de sus contenidos.

Scroll al inicio