La fusión que llevó Antonio Najarro al Cante de las Minas en la noche de ayer fue una conexión con la propia personalidad del exdirector del Ballet Nacional de España. Bastaron los primeros pasos de sus bailarines en el escenario de Maquinista de Levante para apreciar que se trataba de un espectáculo con identidad propia en el que el baile flamenco y la danza clásica entran en la perfecta sintonía, provocada, además, por la interpretación de cada pieza musical con un quinteto en directo.
El taconeo, las castañuelas y los mantones con aires flamencos, junto a la impronta de unos bailarines de gran calidad técnica, se fusionaban con los movimientos lentos, los saltos y los giros del ballet clásico, consiguiendo una simbiosis de estilos que compactaron a la perfección y consiguieron la ovación del público.
La gala de Antonio Najarro, ofrecida en colaboración con el diario La Verdad y con un guiño a las sanitarias de La Unión por su esfuerzo y su labor durante la pandemia, fue una fusión de color, música, danza y sí, también moda, porque el vestuario brilló como una obra de arte en movimiento con los diseños de Oteyza, Víctor Muro y el propio Najarro.
La Compañía de Antonio Najarro subió al escenario a los bailarines Lucía Moreno, Alba Expósito, Marina Bravo, Cristina Carnero, Alejandra de Castro, Celia Ñacle, Adrián Maqueda, Alejandro Lara, Pedro Sánchez, Álvaro Madrid, José Molina y Álvaro Brito.
Estuvieron acompañados por la música en directo, inspirando las coreografías por la partitura original del compositor y guitarrista Fernando Egozcue, quien compartió escenario con los músicos Laura Pedreira en el piano, Virginia González en el violín, Miguel Rodrigáñez al contrabajo y Martín Bruhn con la percusión.
‘Origen’ mostró un conjunto de movimientos por la mayor parte de los bailarines de la compañía; ‘Luz’ una danza a dúo interpretada en perfecta sincronía; ‘Ánimas’ llenó de amarillo el escenario con sus mantones, y ‘Carne Cruda’ dejó a los músicos solos sobre el escenario para interpretar una pieza musical. Le siguieron otras tantas piezas que no hicieron más que sumar a un espectáculo que no defraudó.
Antonio Najarro ya había visitado el Cante de las Minas con el Ballet Nacional de España y ahora, a su vuelta como director y coreógrafo de su propia compañía, quiso plasmar emociones con este ‘Alento’, agradeciendo “que se haya optado por una compañía que no solo baila flamenco, sino danza estilizada y folclore”, siendo una “apuesta vanguardista”.
INFO: Fundación Cante de Las Minas / FOTOS: P.SIlvente